TCA: Cuando comer o no comer deja de ocupar mi ser

La semana pasada hablaba de los TCA como formas de regulación artificial y como actúan como las adicciones y las estructuras obsesivas, convirtiéndose en patrones muy difícil de romper… Difícil, pero NO IMPOSIBLE.

Ninguno de mi post pretende sustituir una buena intervención terapéutica. Están escritos desde la humildad y con el único propósito de arrojar luz y poner unas gotas de esperanza en el océano de la complejidad y el dolor con el que debéis convivir muchxs de los que me leéis.

A lo largo de los últimos posts, os he ido desmenuzando el iceberg de los TCA desde la base (trauma, apego inseguro, disociación, familia) hasta la punta (anorexia, bulimia, atracones). Pero ¿Hacia dónde tenemos que mirar para deshacer tantas capas de dolor emocional?

Reconciliarte con la comida es reconciliarte con tu historia de vida

Hoy quiero señalar algunos de los hitos fundamentales que nos encontraremos cuando transitemos (terapeutas y pacientes) los caminos hacia la recuperación.

1. ERES MÁS QUE UNA ETIQUETA.

Cada síntoma representa una forma de sobrevivir. Ahora es un problema lo que un día, o en algún momento, fue LA SOLUCIÓN. Detrás de cada persona hay una historia única.

Terapeutas del mundo “NO SIMPLIFIQUEIS, NI DEIS NADA POR HECHO”

Preciosa mujer, no estas sola. Pero tu historia es única.

2. ENTIENDE EL SIGNIFICADO DE LA SINTOMATOLOGÍA.

La mayoría de los TCA empiezan por una dieta movida por la idealización de “si soy delgada, seré feliz”. Hay que rastrear “EL MEJOR MOMENTO” y desmontarlo, ya que nos hemos quedado anclados en esa experiencia. Os pongo un ejemplo “Cuando pesaba x era feliz” estas observaciones son mentira, porque la felicidad no depende del peso, pero es posible que el peso si dependa de la capacidad de regularnos equilibrarnos y calmarnos.

Nos resulta mas fácil unir +/- peso = +/-felicidad, que entender que el estrés, el dolor emocional y las experiencias traumáticas tienen un impacto directo en nuestra manera de regularnos = alimentarnos. No obstante, es importante recalcar que pesar mucho o poco NO ES SIEMPRE un índice de lo PATOLOGICO, hay personas sanísimas que se relacionan bien con su cuerpo y con la comida, independientemente de sus medidas y peso.

3. PEDIR PERMISO A LOS PROTECTORES.

Decía uno de mis maestros, Teodoro Herranz “no hay terapia sin defensas” ¡Y ASÍ ES!.

¡Cuidadito! con entrar sin pedir permiso, ¡Ojo! con quitar sin haber puesto algo en su lugar, y el máximo respeto del terapeuta hacia la función sagrada que cumplen los protectores, porque si están ahí es que sigue habiendo algo que necesita ser protegido.

4. TRABAJAR CON EL PROTECTOR ACTIVO: LA IRA.

Siempre que ha patología hay un mal manejo de esta emoción: por exceso o por defecto, por estar apuntando hacia fuera o por arrojarla sin piedad contra tu misma. (muy muy relacionado con el apego).

5. HACER UN BUEN MAPA DE LAS PARTES.

Hay que tener bien claro que se te activa cuando y para qué, con el fin de ir pudiendo crear otras posibilidades, Además hay que conocer como te relaciones con las diferentes versiones de ti y crear un dialogo interno mas clarito, justo y compasivo.

6. TRABAJO CON LAS PARTES.

Cada maestrillo tiene su librillo. Yo trabajo con Brainspotting y técnicas de integración cerebral, pero cada terapeuta tiene su betadine y sus vendas, su pico y su pala. Lo fundamental es dar un buen marco de seguridad y comprensión que faciliten la reparación. Con cada parte tenemos un trabajo diferente que hacer.

• PARTE RESTRICTIVA: Desmitificarla, romper la identificación. Las personas cuyo sistema interno está dominado por una parte restrictiva, suelen sentirse orgullosas de eso, ya que las hace sentir capaces y poderosas y creen que es guay. No pueden acceder al daño que esta parte les causa.

• PARTE IMPULSIVA: Aceptarla, acogerla y contenerla. Las personas cuyo sistema está gobernado por el impulso, suelen vivirlo con vergüenza y desprecio, hay que ayudarles a mirar esto con cariño y proponerle otras maneras de calmarse. La mayor parte de las veces tendremos que valorar la conexión social, los apoyos, el sentirse acompañadas y entendidas.

La idea es conseguir un nuevo equilibrio interno, en el que las diferentes partes de ti no vayan por libre (disociación) y ocupen un lugar importante, pero NO central (estén reguladas). El trabajo terapéutico debe darte el poder de capitanear tu mundo interno.

Cynthia Santacruz.